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El estrés: cómo se relaciona con la alimentación y algunas claves para combatirlo

Hoy nos gustaría escribir sobre la relación entre el estrés y la alimentación, y por qué es tan importante llevar una alimentación saludable y equilibrada durante situaciones de picos de estrés.  

El estrés es la respuesta de nuestro cuerpo ante determinadas situaciones (pueden incluir diversos factores como relaciones personales, actividad física, trabajo o vida familiar). El estrés puede ser físico, mental o emocional.  

Cada persona tiene una forma diferente de lidiar con el estrés. Sin embargo, es muy común afrontar una situación estresante a través de la comida.

La comida ofrece un escape momentáneo o una sensación inmediata de placer ante este tipo de situaciones, lo cual atrae a mucha gente a la hora de aliviarlo. Es importante ser consciente de esto para identificar cuándo nos puede estar pasando. 

Además, el estrés tiene un gran impacto en el tipo de alimento que se tiende a querer consumir, siendo mucho más probable que se elijan alimentos ricos en harinas refinadas, grasas saturadas y con alto contenido en azúcares. El consumo de estos alimentos podrá con el tiempo crear conductas de alimentación compulsivas o adictivas que se vuelven difíciles de controlar. Por ello es importante cortarlas a tiempo y sustituirlas por otras actividades sanas que alivien dicho estrés como podría ser el deporte. 

Ante el estrés, el cuerpo humano reacciona mediante la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas que nos protegen porque nos permiten estar alerta ante una situación de peligro. Esto es normal cuando se trata de un estrés agudo (puntual), sin embargo, puede afectar a nuestra salud y sistema inmune cuando la situación se prolonga y el estrés se vuelve crónico. 

Estar expuesto durante mucho tiempo a la liberación de estas hormonas puede derivar en problemas de salud tales como ansiedad, problemas digestivos, dolores de cabeza, problemas cardiovasculares, depresión, aumento de peso o alteraciones en el sueño. Es por esto por lo que llevar una alimentación saludable es fundamental siempre, pero especialmente cuando se viven este tipo de situaciones. 

Algunas técnicas para reducir el estrés:

  • Practicar actividades basadas en el mindfulness como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración
  • Ordenar y organizar el trabajo y el entorno en el que se vive y se trabaja para que inspire tranquilidad y paz
  • Intentar dormir entre 7-9 horas y descansar adecuadamente.
  • Dedicar tiempo a alguna actividad que te relaje (escuchar música, algún deporte, socializar…) 
  • Hacer actividad física
  • Priorizar las tareas y centrarse en una sola cosa
  • Planificar los días y las semanas
  • Aprender a delegar trabajo cuando uno está desbordado

El estrés: cómo se relaciona con la alimentación y algunas claves para combatirlo

Hoy nos gustaría escribir sobre la relación entre el estrés y la alimentación, y por qué es tan importante llevar una alimentación saludable y equilibrada durante situaciones de picos de estrés.  

El estrés es la respuesta de nuestro cuerpo ante determinadas situaciones (pueden incluir diversos factores como relaciones personales, actividad física, trabajo o vida familiar). El estrés puede ser físico, mental o emocional.  

Cada persona tiene una forma diferente de lidiar con el estrés. Sin embargo, es muy común afrontar una situación estresante a través de la comida.

La comida ofrece un escape momentáneo o una sensación inmediata de placer ante este tipo de situaciones, lo cual atrae a mucha gente a la hora de aliviarlo. Es importante ser consciente de esto para identificar cuándo nos puede estar pasando. 

Además, el estrés tiene un gran impacto en el tipo de alimento que se tiende a querer consumir, siendo mucho más probable que se elijan alimentos ricos en harinas refinadas, grasas saturadas y con alto contenido en azúcares. El consumo de estos alimentos podrá con el tiempo crear conductas de alimentación compulsivas o adictivas que se vuelven difíciles de controlar. Por ello es importante cortarlas a tiempo y sustituirlas por otras actividades sanas que alivien dicho estrés como podría ser el deporte. 

Ante el estrés, el cuerpo humano reacciona mediante la liberación de adrenalina y cortisol, hormonas que nos protegen porque nos permiten estar alerta ante una situación de peligro. Esto es normal cuando se trata de un estrés agudo (puntual), sin embargo, puede afectar a nuestra salud y sistema inmune cuando la situación se prolonga y el estrés se vuelve crónico. 

Estar expuesto durante mucho tiempo a la liberación de estas hormonas puede derivar en problemas de salud tales como ansiedad, problemas digestivos, dolores de cabeza, problemas cardiovasculares, depresión, aumento de peso o alteraciones en el sueño. Es por esto por lo que llevar una alimentación saludable es fundamental siempre, pero especialmente cuando se viven este tipo de situaciones. 

Algunas técnicas para reducir el estrés:

  • Practicar actividades basadas en el mindfulness como la meditación, el yoga o ejercicios de respiración
  • Ordenar y organizar el trabajo y el entorno en el que se vive y se trabaja para que inspire tranquilidad y paz
  • Intentar dormir entre 7-9 horas y descansar adecuadamente.
  • Dedicar tiempo a alguna actividad que te relaje (escuchar música, algún deporte, socializar…) 
  • Hacer actividad física
  • Priorizar las tareas y centrarse en una sola cosa
  • Planificar los días y las semanas
  • Aprender a delegar trabajo cuando uno está desbordado

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